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DESALOJO DEL "PROGRESISMO"

Dirigentes latioamercianos del "progresismo" liberal campesino socialdemócrata

Continúa imperturbable el proceso de desalojo del “progresismo liberal socialdemócrata” de américa latina desde que el correísmo pendió de un hilo con el solo 2,32% por encima de sus rivales políticos. Y hoy en día igual que antes pende de un hilo. “No hay experimento que resista la furia cíclica del capital.” Quedan arrumados por la velocidad de los sucesos cristina, Dilma, Bachelet, Lugo, Evo, Tabaré, Mojica, Piñera que baja a la tierra, Maduro que capotea con un modelo confuso y distraccionista

 

.En fin, el progresismo padece una crisis de credibilidad, sus paquetes económicos no dieron resultados para su permanencia en el poder, es más se convirtieron en formas económicas capitalistas que denotaron insuficiencia para superar la crisis.

 

En Ecuador hasta importantes grupos sociales como los indígenas se apartaron del “correísmo”; en muchas oportunidades fueron perseguidos por el Estado y la “revolución ciudadana” de Correa. Un fenómeno que permeó estos gobiernos fue la corrupción; importantes dirigentes terminaron implicados y procesados con muchas dudas sobre su probidad frente a los recursos públicos. ODEBRECHT, PETROBRAS, PDVSA, enriquecimiento ilícito, en fin muchos casos de corrupción.

 

El “extractivismo” su razón de ser para la productividad capitalista con tolerancia hacia la inversión extrajera demostró favorabilidad al gran capital transnacional. La retórica antimperialista resultó ser una estrategia para calmar a las bases sociales ante el curso del régimen de explotación capitalista. Esa política extractivista incluso despreció los impactos ambientales en muchas zonas, el discurso del desarrollismo capitalista justificaba el ataque a las zonas de reserva ambiental, por encima de las poblaciones que allí habitaban.

 

La política asistencialista, que resultó como siempre mendrugos tirados de la mesa del burgués a los trabajadores y pobres de América Latina, se hizo pasar por revolucion social, cuando a la vez se perseguía a los proletarios y trabajadores por sus reivindicaciones económicas y políticas. La cooptación de amplios grupos sindicales, de organizaciones sociales permitió la permanencia de los gobiernos progresistas en el poder.

 

La intelectualidad socialdemócrata espadachin del progresismo, movida por el interés que permanezca el régimen de explotación del trabajo asumió la defensa de estos gobiernos, incluso muchos de los que militaban en los partidos comunistas y de la  izquierda marxista asumieron que estos gobiernos servían a las masas proletarias y campesinas. Ahora todavía dogmáticamente asumen que el “fin del ciclo progresista” no existe y se aferran a los pírricos triunfos electorales en sus paises.

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