top of page

Editorial

Marzo 20 de 2023

EL AFAN DE PERPETUAR EL RÉGIMEN

El senador Cepeda sosteniendo las reformas que momifican el sisstema proletarista.

“cada pueblo o nación tiene el gobierno que se merece”

¿Tiene o no que ver, esta máxima, con la situación concreta que nos ocupa o algún parecido? Es de libre análisis o elección considerarlo así o no. Tampoco es el propósito promover o exaltar estas joyas o perlas, sino que más bien todo lo que acontece tiene o puede estar impregnado de un aire de esta sustancia o naturaleza.

     El proletariado tiene presencia en la historia desde alrededor del siglo XIII y este es el índice que muestra el germen de la destrucción del nuevo modo de producción que brota de las entrañas de la formación anterior. Es un elemento activo, revolucionario, que engendra nuevas relaciones de producción y propiedad; su formación, evolución, crecimiento y cualificación es teórico-práctico; cuando asimila su origen clasista ya no es un esclavo corriente de la antigüedad clásica romana; la teoría lo alcanza y lo cobija, lo aflora, lo destaca en primer plano: es el productor directo de todos los bienes materiales de la sociedad nueva, de toda la riqueza social. No es nada despreciable esta potencia económica en su futuro lo demuestra su participación hoy en día como productor y forjador directo de la gran producción y el desarrollo tecnológico y al que se le quiere poner cortapisa como dirigente político de la sociedad, -no es para ser objeto de manipulación, de manoseo sistemático o seducción- ¡los proletarios han construidos las ciudades modernas, la maquinaria, la gran industria y todos los medios de transporte y comunicación, es de ellos el forjar su destino! Es una revolución y este “terremoto político” no lo quiere en Colombia la senadora Pizarro, hija del extinto guerrillero M-19 Carlos Pizarro y ella como otros se resisten a que este régimen político-económico muera o como dicen algunos, colapse, lo que deja muy en claro que sí son verdaderas políticas del nuevo frente nacional (Pacto Social o histriónico), las reformas, para que todo siga como viene. Es así que han venido quedando impunes los crímenes que comete la burguesía y su Estado contra los proletarios como el más reciente perpetrado a los 21 mineros en Sutatausa. Es muy extraño, casi nunca ocurre que un burgués de la industria o propietario de dinero con mando y jurisdicción sobre un determinado número de proletarios muera durante los procesos de producción asunto que tiene que prestarle atención, reivindicar muy en serio el proletariado.

     El reformismo tiende a la momificación; petrifican, cristalizan, osifican el sistema proletarista de explotación asalariada de la fuerza del trabajo, del proletariado colombiano.  Son “Acuerdos concertados” que se proyectan a la luz pública a través de múltiples procedimientos o métodos reflejados en los diversos medios de comunicación mediante actores de las artes escénicas más diversas y profusas –para alquilar balcón; forcejeo de señores interesados, fricción o lucha histriónica, pantomima, comedias, drama, bufonadas, volatineros-   para ser socializadas y aceptadas de buen agrado, sin traumas, protestas, paros, huelgas, alzamientos o explosión social, huelga general e insurrección armada del proletariado. Todo va dirigido, encaminado a mantener intacto el beneficio del burgués, la renta del propietario del suelo, el sostén del aparato del Estado como objeto de dominación de clase mediante el ingreso público y en general el funcionamiento eficaz del sistema económico. Hasta ahí no se percibe cambio alguno por el contrario se pretende la estabilidad del sistema para el lucro y la ganancia a manos llenas del burgués dueño de los bancos, las finanzas, los medios de producción y el poder político del Estado reforzado con terratenientes y ahora con pequeñoburgueses lacayos; asimismo se conserva intacto el aparato represivo de fuerzas armadas, ejército y policía como brazo armado de la burguesía y los potentados económicos. Todas las instituciones y el arsenal ideológico con sus leyes, métodos y cárceles, etc. continúan de la misma manera.,

   Alexander López dice muy en serio que la reforma laboral -paliativo, paño de agua tibia- es para que al menos cada familia tenga como mínimo mensual “un salario mínimo”, algo más de 1 millón, garantiza “estabilidad laboral” que con ella se está “empoderando la economía popular” –por esta vía hace brotar constantemente el sistema de explotación asalariada, ¿de acuerdo conque los burgueses sean asalariados también? - y lo dice sin rubor mientras él obtiene del presupuesto nacional más de 35 millones mensuales –no creo que quiera desmejorar su estatus de confort aspirando o rebajándose al nivel de un proletario corriente- (Una cuenta matemática redonda: al señor Alexander López le ingresa anualmente como miembro del senado, $420.000,000= con un sueldo mensual de $35.000,000=; a un trabajador de la construcción, por ejemplo, al sol y al agua un salario mensual de $1.200,000=, $14.400,000= anuales; dividiendo el ingreso anual del señor Alexander López por el del trabajador de la construcción nos daría que este último tendría que trabajar 29 años largos para llegar al ingreso de solo un año del primero, “¡Un ejemplo modelo de equidad!”, solo por mencionar ese ejemplo, hay muchos otros  de mayor calado –y esto igual para el señor Cepeda, portador de la pancarta, del heraldo burgués-) y de lo que tienen la obligación moral al menos presumiéndose revolucionarios de reivindicar la eliminación de la diferencia entre el trabajo intelectual y el material e incluso la proscripción de la explotación de un hombre por otro y la opresión. Reforma que en boca de un senador  es calificada solo de “pliego de peticiones” mofándose de alguna manera, presumiblemente, de antiguos líderes sindicales estilo aristocracia obrera. Por este mismo corte de tijera está el mismo Maltés Tello promoviendo “estímulos a las pymes”, reptando ante los poderosos, prosternado y clamando por “una política de generación de empleo” reivindicando la continuidad del sistema como sale de la boca de charlatanes filisteos del congreso, del gobierno y de académicos de toda laya. Así están los proletarios muy distantes de que al menos lleguen a hablar de “nuestros recursos naturales” –incluyen entre ellos a los esclavos asalariados- como lo hacen con mucha facilidad los arriba mencionados.

     Queda expedito el camino para el desarrollo y fortalecimiento del proletarismo como sistema socio-económico en Colombia y la apropiación de plusvalía por los propietarios de dinero pues en realidad el objetivo es proteger la burguesía y sus empresas y que el pequeño empresario transite ese mismo sendero, en fin, la aplicación consecuente del Contrato social de Juan Jacobo Rousseau (1712-1778) que el proletariado colombiano debe considerar obsoleto.

C+V+P.png
bottom of page