El partido Comunista Proletario colombiano viene invitando a los proletarios, a los demás trabajadores, a la población en general que padece el flagelo de la pobreza y la miseria que genera el sistema proletarista a no participar en los diversos comicios electorales tanto más para la presidencia y las corporaciones públicas de Colombia en razón a que;

PRIMERO.─ Desde hace más de doscientos años se sucede el presidencialismo transmitiéndose intermitente el poder político del Estado entre el linaje de los elegidos y allegados de las familias adineradas a manera de delfinato.

SEGUNDO.─ El parlamento en calidad de columna del sistema proletarista establece normas en detrimento de las masas empobrecidas elevando en ingentes cantidades el beneficio del burgués propietario de capital.

TERCERO.─ El sistema judicial se orienta a mantener reprimido mediante la coerción y la coacción judiciales a las masas del trabajo asalariado, a obedecer los dictámenes del propietario de los medios de producción sin protesto. A doblar la cerviz y a prosternarse.

CUARTO.─ los mecanismo de represión, las cárceles, la policía y el ejército permanente ─que persigue y ejecuta a los proletarios cuando las circunstancias lo exigen: paro, rebelión, insurrección─ ejercen de forma sistemática acciones para atemorizar  y aterrorizar los asalariados oprimidos y explotados en concordancia con la justicia burguesa y sus códigos como bastión de su estructura estatal.

QUINTO.─ Los medios de producción continúan en poder de los propietarios de  dinero como capital,  propietarios  de la tierra y del subsuelo, de la industria, de los bancos y corporaciones financieras, del transporte, de las comunicaciones, de las instituciones privadas de vivienda,  de las demás instituciones privadas e incluso de las casas de beneficencia y por esta vía del presupuesto de la nación que reparten anualmente como porción de plusvalía arrancada a los proletarios. En fin, envilecen la sociedad y plagan de miseria las masas asalariadas del trabajo. Los proletarios trabajan por establecer su propia, real y efectiva democracia como su dictadura política; la forma de la democracia burguesa lo es como su dictadura.

SEXTO.─ El proletariado continúa igual o peor que antes, como el productor de todos los bienes materiales, de la riqueza social de la sociedad así se haya dado diversos fenómenos sociales y políticos incluidos modelos de tipo socialista como el real soviético y la infinidad de crisis económicas cíclicas que se manifiestan en el proletarismo. Está permanentemente explotado y oprimido sin poder actuar como legislador, ejecutor o juez de las políticas sociales y económicas las que son dictadas y lo han sido por las clases económicamente dominantes hasta hoy día.

SEPTIMO.─ En Colombia con el sistema electoral establecido favorece solo los grandes capitales lo que impide la participación de partidos proletarios y su acceso a las corporaciones que en realidad resulta siendo un privilegio para las clases poderosas económicamente y una ilusión frustrada de las grandes masas de trabajadores que resultan burladas con las instituciones de la “democracia” o más bien dictadura burgués─terrateniente. Debería desarrollarse la lucha política directa entre la burguesía y el proletariado en todos los escenarios y mecanismos de participación electorales. Pero, ¡quién lo garantiza! Los proletarios no tienen en sus manos las ganancias de su trabajo que son apropiadas mediante zarpazo por el burgués capitalista.

OCTAVO.─ La firme decisión de la no participación se condiciona a los cambios que deben surtirse en materia de régimen electoral donde se logre obtener lo manifestado en el inciso anterior.

NOVENO.─ La desviación del problema de la lucha de clases como resolución de las contradicciones económicas en la sociedad suplantada por elementos distractores diversos produce confusión en las masas oprimidas junto al terrorismo de Estado  como violencia ejercida permanente y sistemática para generar miedo y zozobra , olvidan que los crímenes atroces ejercidos contra la población son generados y dirigidos por las clases que ejercen el poder político, terratenientes y burgueses coaligados hoy en contubernio con la pequeña burguesía, asociados en el Estado. Sin una orientación acertada de la lucha de clases facilita que los monopolios y transnacionales se apoderen del mundo, desechen los individuos políticos sin claridad, acaben con la humanidad produciendo una conflagración nuclear radiactiva.

DECIMO.─ Hay que poner en obra desde ahora la proyección y forja de un proletariado vigoroso políticamente que interprete su papel revolucionario para poner fin a las relaciones de clase y dominación y luche en pro del Estado comunista proletario y su extinción; que combata abiertamente a la burguesía en todos los frentes. Asunto que no piensa dejar pasar ni la burguesía dominante y sus socios, como tampoco la pequeña burguesía conservadora e insinuantemente fascista.

DIRECCIÓN COLEGIADA GENERAL

PARTIDO COMUNISTA PROLETARIO COLOMBIANO