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FORMACIÓN TEÓRICA

EL MOIR NO ES DE FIAR

Tocó hablar sin rodeo. El fenómeno MOIR irrumpe en la escena política nacional para seducir al proletariado colombiano, apartarlo, aislarlo con una fraseología engañosa, del resonar de los ecos del comunismo que se esparció por buena parte del planeta significando la esperanza de liberación y emancipación de la clase explotada del trabajo productivo.

 

La atención fue puesta en el advenedizo que surgía con gran energía y alborozo y que comenzaba a llenar los espacios requeridos por la producción proletarista diseminándose por el territorio de la república. Si esta fuerza política de clase se cohesionaba como tal representaba una línea en la dirección del futuro proceso social y un serio  enemigo contra los intereses del poder burgués en ascenso. ¿Cómo diluir la consolidación de una amenaza de tales proporciones? ¿Qué debía ponerse en juego? Una función teatral parodiando las fuentes de la concepción comunista y distorsionar el marxismo, incluso hasta desfigurarlo por completo situación conocida en el mundo entero. Había qué ver la fogosidad e intensidad de la oratoria y la retórica en el campo intelectual tendiente a adocenar, e inundar el panorama de hueras intenciones, bazofia, para cegar el camino que debía seguir el elemento revolucionario, el proletariado al que se le interponía tempranamente la pequeña burguesía rural y urbana que acompaña siempre los partidos reformistas y oportunistas en el movimiento de masas proletarias.

 

El MOIR pudo llegarse a enraizar como una fuerza social conservadora durante todo el tiempo que se aprecia en el juego político al no verse muy interesada en el poder político por parte del proletariado. En más de cincuenta años una maraña de escaramuzas promovidas por el MOIR han distraído la lucha del proletariado colombiano creando la imagen sensorial de un segmento reducido que solo quiere hacer presencia  cual  bufón  de  burla  de las aspiraciones del proletariado, serio competidor en la confrontación por el dominio político con la burguesía para atraer tras de sí a todos los elementos sometidos de la  sociedad.

 

La actividad del MOIR es la marrulla y la observación en detalle del estado anímico del proletariado tendiente a inhibirlo y servir de rémora en todo su movimiento y agrupación política de clase. Por ello se le ve tramoyando acucioso para enervar su energía como en un espacio de depósito donde concluye arrumada su vitalidad verbigracia un montón de huesos. Verborrea, alharaca, dogmatismo, sectarismo, pedantería, constituyen el mecanismo idóneo para desviar al proletariado del camino certero de la revolución y la venda ideológica para cegarle el entendimiento.  Pretenden presentarse como los representantes del proletariado para minar su aspiración política con toda su acción conservadurizante pues en la práctica se abstienen de enarbolar consignas, programas y reivindicaciones comunistas reduciéndoseles al puro activismo social y a la colaboración con la burguesía y la asesoría en los escenarios institucionales de carácter político. ¡Quieren eternizar el régimen económico solapadamente! ¡Agentes del poder político burgués que van de la mano contra la toma del poder político por el proletariado!

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