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PERIÓDICO

Julio 5 de 2022

La composición del nuevo gobierno-

VERSIÓN "PACTO HISTRIÓNICO" DEL ESTADO

    Lo primero por mencionar aquí es que éste aparato estatal entraría a moverse mecánicamente en función de los burgueses capitalistas e incluso de la plutocracia financiera y terratenientes. No obraría en consecuencia preceptos políticos definidos como lucha de clases pues para que una acción política de clase se tenga como tal debe realmente afectar al contrario político y no es la intención del gobierno Petro favorecer al proletariado en detrimento de la burguesía. Pensamos que las medidas políticas del gobierno próximo no arrancan ni siguen en esta dirección. Aquí quienes van a progresar progresistamente son los capitalistas burgueses y cuántos se inclinen y tomen esta vía; a los proletarios productores de la riqueza social les aguarda como siempre su mísera condición y situación social y económica.

     Un criminal de guerra como Uribe, responsable de crímenes de lesa humanidad, de crímenes de Estado, de genocidio, de holocausto, de masacres, de desplazamiento forzado, forjador de grupos de justicia privada como el paramilitarismo, autor intelectual de los llamados falsos positivos no puede ser objeto de rescate de la justicia social; con el fascismo no se transige; posar de celestina. Hay que ponerlo bajo la jurisdicción de la justicia penal internacional. Es un sujeto peligroso para la humanidad. ¡Un depredador social! Como tantos otros que se acercan sigilosamente a Petro. Engullendo depredadores –Petro- terminaría por llegar a ser el más relevante, el Tiranosaurio rex. Otras hipótesis, que el “Pacto histriónico” quiera resucitar a Uribe cual Lázaro. O que de este “pacto” salga como el ave fénix un nuevo “pacto” frente-nacionalista liberal-conservador desde las sombras, tras bambalinas y timoneando el aparato del Estado.

     El ingrediente metafísico que adopta no da ni siquiera para recomponer el Estado, ni un cambio de sociedad puede devenir por la aparición de un personaje mesiánico que utópicamente se presente como el salvador de la humanidad  porque con sus ideas todos los males que padece se resuelven en forma definitiva. El antagonismo de clase entre el proletariado y la burguesía colombiana no queda zanjado por la presencia en el escenario político del gobierno Petro; que se echen de la mano la burguesía y la pequeña burguesía en un gobierno único contra las masas proletarias y trabajadoras no significa que la contradicción fundamental que encierra el capitalismo se haya resuelto. Esta alianza burgués-terrateniente y la pequeña burguesía no surte en favor del proletariado y los trabajadores asalariados en general.

    Si el gobierno Petro quiere fungir como representante de las masas oprimidas del País debe tener por lema al menos, realizar la seguridad jurídica del proletariado creador de riqueza para que la “justicia” vele por sus intereses cuidando evitar el saqueo, el robo por el burgués de la masa de productos que transforma en la fábrica con el consumo de su fuerza y energía física e intelectual que el capitalista esquilma a fondo. Necesariamente “Colombia humana” devendrá en “capitalismo humano” una especie de “rostro humano” del capitalismo lo que sería un resurgimiento de utopía, propio de curanderos sociales, porque no es posible obviar el poder del capital social como fuerza decisiva del sistema “transformando” el capitalismo en socialismo.

    Con vehemencia se apresta a poner en marcha la “sociedad del conocimiento”, un paradigma liberal social-demócrata como otros tantos que no tiene en cuenta dentro de esa abstracción general a la teoría del comunismo científico porque esta apreciación suya se ubica dentro de los parámetros de la cruzada anticomunista contra la ciencia social científica del marxismo-leninismo, las encrucijadas a su desarrollo.  Esto es así como cuánto la burguesía favorece el avance, progreso y desarrollo de las  ciencias naturales  para   sus  fines  de apropiación,  enriquecimiento  y  lucro mientras  obstruye por todos los medios la acción de la ciencia que posibilita la liberación social y económica del proletariado y de todos los explotados y la felicidad y goce humanos. Pone al conocimiento en el centro de la producción de riqueza para precipitarla a las arcas del capital pues lo más importante  es su  productividad.   Forman  parte  de este  arsenal  de  tendencias  y  corrientes  anticomunistas la “tercera vía”, el “Estado comunitario” y otras.

    El interés proletario.  Una revuelta de las masas del proletariado y de todos los trabajadores en determinadas circunstancias dan al traste con la política de la “sociedad del conocimiento” del señor Petro. “Los árboles no le dejan ver el bosque”.

     Le asiste “construir un nuevo clima político” pero lograrlo sin lucha de clases, sin su reconocimiento y con la premisa de la forma anárquica de la producción  capitalista,  poniendo a actores revolucionarios cobijados bajo el concepto de “sectarismos de izquierda”, con patente de corso; las revoluciones las realizan las masas mediante procesos. Y a su eminencia  le da por ser el vocero de la “revolución burguesa” contra el “feudalismo” en Colombia. Recusa el feudalismo por no resolver los males de la sociedad y recusa igual el capitalismo desde la pequeña burguesía por ser lo mismo. ¡Admita que los proletarios tomen el poder! Eso no es asunto de prestidigitadores. No haga contención  del  comunismo  proletario, no lo ataje; las situaciones anárquicas de movimientos anárquicos sí que lo han contenido. Contener el comunismo da resultado, es un asunto rentable.

    Con el prurito del orador leguleyo se ve conminado a recuperar el capitalismo ante la devastación producida por el conflicto armado interno, a seguir perpetuando el sistema de trabajo asalariado para el crecimiento del beneficio capitalista. Con esta lógica termina sumando apoyos de múltiples sectores de orientación capitalista con la finalidad de recoger las sobras, los mendrugos y limosnas para paliar la miseria en las masas explotadas; la tal “armonía” no fructifica en esas condiciones.

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